Muchos de vosotros os habréis echo esta pregunta en algún momento dado, y la respuesta es sí, seas una empresa pequeña o no, hace falta tener un buen branding.
El branding contiene experiencias, ideas, sensaciones, colores, personas… un conjunto de elementos que son capaces de transmitir la propuesta de valor que nos haga triunfar con nuestra empresa.
¿Cómo lo haremos?
Buscando la credibilidad y la originalidad, construyendo un mundo al que nuestro público objetivo quiera pertenecer. Las marcas muchas veces son utopías, proyecciones personales idealizadas de lo que queremos ser, y eso es algo que debemos conocer.
Y es que construir una marca potente nos va a permitir atraer clientes de una forma más rápida, y de igual manera, hará que la fidelidad de los clientes sea mayor.
Las marcas evolucionan, crecen y los encargados de gestionarla tienen que ser capaces de adaptarse a las circunstancias y a un entorno cada vez más cambiante. Esta identidad que se construye día a día hay que hacerla de una manera coherente con los valores que tenemos y que queremos resaltar cómo marca.
En balance tu marca
Muchas empresas ponen el valor de su marca en su balance. El branding va mucho más allá de sólo un logotipo o elemento gráfico. Cuando piensas en tu marca, realmente quieres pensar en toda la experiencia del cliente. Desde tu logotipo, tu sitio web, tus experiencias en redes sociales, la manera en que contestar el teléfono y la forma en que tus clientes experimentan con tu marca.
Y para terminar, lo más importante para cualquier esfuerzo de la marca es garantizar que se mantenga la coherencia a lo largo de su vida útil.
Si tienes un logotipo, que cambia de apariencia o color constantemente, o donde tus mensajes en tus anuncios se percibe un mensaje conflictivo, el reconocimiento de marca no se obtendrá fácilmente. Si los clientes están recibiendo múltiples mensajes, que demuestra inconsistencia con la marca ¿cómo van a formarse una imagen sólida sobre su marca?
Debes crear una apariencia estandarizada y quedarte en ella. Incluso, mientras se trabaja en una nueva campaña publicitaria, mantén siempre una apariencia de marca consistente y coherente, para crear una imagen coherente ante el ojo del consumidor, un buen ejemplo seria el minimalismo que siempre utiliza Apple.